Los ganadores fueron los argentinos Ezequiel y Tobías, ellos ganaron los esperados 250.000 usd!!! En segundo lugar llegaron los uruguayos Darío y Esther, que obtuvieron 20.000 usd de premio. En tercer lugar, los argentinos Brian y Karina, que se llevaron un viaje a Disney de regalo.
Tras la eliminación de ocho parejas, tres fueron las finalistas de esta nueva edición de The Amazing Race que pelearon por el primer puesto y, claro está, por el premio de 250.000 dólares: Ezequiel y Tobías, de energía desbordante; Braian y Karina, unidos y constantes; y Darío y Esther, astutos y nobles.
Concluida la etapa anterior, los seis corredores debieron viajar en avión a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en el estadio mexicano de Chiapas, y dirigirse en taxi a la terminal de ómnibus para abordar un autobús que los llevara al Museo del Ámbar, en San Cristóbal de las Casas. Los primeros en salir fueron los amigos patagónicos, seguidos de cerca por los noviecitos argentinos que los alcanzaron y hasta superaron por segundos. Un poco más atrás, los uruguayos. Parecía que la diferencia se iba a mantener, pero al arribar al mencionado edificio cultural todos se enteraron que era momento de nivelación, ya que el lugar abría a las 10:30 del día siguiente.
Pasada la noche y habiendo amanecido, los descansados participantes se hicieron presentes en el sitio que puso a todos parejos para conocer la próxima pista. La misma indicaba que debían trasladarse a pie a las escalinatas de San Cristobalito, subir cada uno por las escaleras cuatro atados de leños completos a la usanza de las mujeres de la etnia Tsotsiles y, en la cima, dejarlos en la estación señalizada. Además, les aclaraba que tenían que usar la aplicación Dual Shot su Samsung Galaxy S-4 para tomar una foto en cada lugar donde recibieran pistas.
Inmediatamente, Ezequiel y Tobías salieron corriendo, lo mismo que Braian y Karina. Esther y Darío, por su parte, comprendieron que debían sacar allí una instantánea antes de emprender el viaje. Los porteños de la Argentina lo entendieron segundos después y también regresaron, no así los patagónicos, quienes llegaron primeros a los escalones y hasta completaron el desafío antes que nadie. La prueba, no obstante, no fue sencilla para nadie y casi agotó las energías de todos, al punto que la joven porteña sintió mareos y la «celeste», además de alterarse e insultar (algo muy pocas veces visto), sintió la falta de aire y, con un llanto incontrolable, gritaba que no podía respirar, por lo que tuvo que ser asistida por los médicos. «Somos viejitos», le dijo su pareja, una vez que el susto pasó de largo.
Todos concluyeron con éxito y desde ahí se trasladaron a pie hasta el Mercado Público Municipal José Castillo Tielemans, donde se les informó que debían hacer frente al único obstáculo de esta etapa. El mismo consistió en tomar uno de los carretones señalizados que contenía 12 cajones con víveres y repartir la carga en los puestos identificados con un número y una bandera de The Amazing Race. Ezequiel tomó la posta por el lado patagónico, Braian por el lado de los porteños y, extrañamente, Esther levantó la mano para los «charrúas». Tras mucho caminar y esquivar a la gente al grito de «golpe», finalizaron y se dirigieron hasta la Casa de la Enseñanza, donde tuvieron que tomarse la última foto con su Samsung y mostrárselas al juez, quien entregaría la siguiente pista si todo estaba bien. Arribaron primeros Tobías y su amigo, pero se les comunicó que aún faltaba una imagen, aquella primera que no tomaron, por lo que regresaron casi al principio. Cumplida la misión, volvieron ante el juez y, para sorpresa de ellos, aún eran primeros y mantenían su ventaja, aunque menor respecto a Karina y su novio, y a los uruguayos.
Concluido el recorrido, los seis debieron que tomar taxis para enfilar hacia la Marina Amikúu y pagar las entradas del parque con su tarjeta Scotiabank, para luego abordar una lancha hasta la embarcación señalizada. Como siempre que se depende de terceros, hubo complicaciones. Los de la Patagonia se bajaron de más de un auto, hasta que hallaron uno que los pudo llevar. Lo mismo le pasó a los novios de la Argentina, que igualmente tuvieron la suerte de rebasar a sus competidores más directos, y a Esther y Darío. Afortunadamente, todos se hicieron presentes donde debían para encontrarse con un paisaje único e imponente.
[embed-google-photos-album «https://photos.app.goo.gl/R99Kfd89BVH3Aw3M7»]Una vez en la mencionada embarcación, las parejas remaron en kayak hasta el muelle del Parque Amikúu y llegaron a pie al museo, donde había que descifrar un código de 4 cifras que abría una caja fuerte en cuyo interior estaba la siguiente pista. Tan compleja fue la prueba que los seis estuvieron en el mismo lugar y al mismo tiempo durante un largo rato tratando de conseguir la clave. La desesperación, la frustración y hasta las lágrimas se apoderaron de ellos, más aún cuando Ezequiel consiguió abrir el cofre y salió disparado hacia el anfiteatro del parque, donde “La Toya” aguardaba a los corredores. A los pocos minutos, los uruguayos y los argentinos que quedaban también descifraron el código y emprendieron la última corrida en medio de la tormenta.
Terceros pisaron la meta Braian y Karina. Los argentinos, seguramente los más competitivos, no pudieron ganar, pero no se quedaron sin nada. Debido a su excelente desempeño y esfuerzo, la parejita ganó un viaje de tres noches y cuatro días para cuatro personas en el Walt Disney Resort.
Segundos fueron Darío y Esther, que no se fueron con las manos vacías. Gracias a Scotiabank recibieron 20.000 dólares para tratar de cumplir su sueño de tener un hijo. Aplausos, llanto y mucha emoción con esta pareja que se ganó el corazón de todo el continente por su compañerismo, respeto y honorabilidad.
Los primeros en llegar, tras una caída en el camino, fueron los patagónicos, que después de haber recorrido 6 países, 14 ciudades y 12.000 kilómetros resultaron ganadores de The Amazing Race y de los 250.000 dólares. «No lo puedo creer», se les escuchó decir en más de una oportunidad, mientras se abrazaban bajo la lluvia y frente a la hermosa conductora en una final épica que todos recordarán.
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